¿La actriz Greta Garbo?
¿El grupo musical Greta y los Garbo? No. La adolescente activista
medioambiental.
Debo confesar que la
primera vez que vi a esta chica en los medios de comunicación me pareció muy
bien que los jóvenes se interesaran por el futuro mediambiental del planeta.
Todos los hicimos en nuestra juventud y muchos aún seguimos haciéndolo tratando
de reciclar al máximo o dejando de desperdiciar un bien escaso como es el agua.
Pero … a medida que pasa
el tiempo se va poniendo de manifiesto que, como decimos en el Sur, “lo de
esta niña no es normal”.
Desde luego, no lo es
la campaña publicitaria que la envuelve, que me lleva sin pensar a recordar
aquel poema de Lope de Vega –atribuido por algunos a Santa Teresa de Jesús[1]- que
dice “¿Qué interés se te sigue, Jesús mío, que a mi puerta,
cubierto de rocío, pasas las noches del invierno oscuras?¿Qué tengo yo,
que mi amistad procuras?”.
Y mucho menos lo es el discursito que ha hecho furor en los medios de
comunicación y redes sociales ante la ONU. ¿Cómo puede decir una adolescente
que disfruta de todo lo que una sociedad culta y rica le puede dar que “le
han quitado su niñez”? Si eso es así, ¿qué diremos de esos niños que
con pocos años son obligados a trabajar de sol a sol, a casarse con adultos o a
combatir en la guerra como niños-soldado?
Es evidente que a quien le escribe los discursos se le ha ido la pinza.
Todo lo que redunde en mejorar la salud del Planeta y en conseguir políticas
internacionales respetuosas con el medio ambiente debe ser bienvenido, pero …
con este tipo de discursos quizá se consiga el efecto contrario.
[1] Los más
mayores del lugar recordarán un debate parlamentario entre Adolfo Suarez y
Felipe González en el que citaban el poema y uno de ellos lo atribuyó a Santa
Teresa. No recuerdo quién fue el que lo hizo ni qué posición ocupaban uno y
otro, pero quienes tengan curiosidad, seguro que buscando en Google lo
encuentran.
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