Hace unos días, en una conversación de sábado por la noche con amigos y con una copa entre las manos, me pasó algo curioso.
Estábamos hablando de lo humano y lo divino y, de repente, surgió el tema del tráfico de entrada a las grandes ciudades. Y un amigo, sin darle mayor importancia, comentó que el origen del problema es la gran cantidad de desplazamientos que generan los centros educativos PRIVADOS, dando por hecho que los centros públicos no generan este problema.
El concepto de "fake news" también es engañoso. No sólo abarca historias creadas para engañarnos, sino que también incluye situaciones que damos por hechas porque de tanto repetirse han llegado a calar en nuestro subconsciente. Y esta es una de ellas. Se nos repite una y otra vez que el colegio privado -concertado- es para privilegiados e insolidarios que no quieren recibir la educación pública. Y se nos dice que los colegios privados están en el centro de las ciudades y que, como sus usuarios son privilegiados, viven fuera de ellas y llevan a sus hijos en medios de transporte privados, colapsando las ciudades.
Estas ideas, extendidas en el ambiente, nos hacen asimilarlas como si fueran ciertas, sin que nadie entre a discernir si es así o no.
El caso es que otro amigo del grupo, que vive junto al único instituto PÚBLICO del pueblo donde reside, hizo una precisión: él no puede salir de su casa a las ocho menos cuarto porque tiene que pasar por delante del instituto y a esa hora hay un atasco del quince!
¿Qué pasa entonces con los atascos de entrada a las ciudades? ¿Son creados o no por los "privilegiados" que acuden a llevar a sus hijos al colegio? La moraleja a extraer es que, con independencia del carácter de público o privado de los centros educativos y de los motivos que llevan a unos padres a elegir un centro u otro, tenemos que cuidar nuestras "creencias" porque a veces no están basadas en hechos objetivos, sino en opiniones que nos han hecho asimilar a base de tanto repetirlas. Y, a veces, esas creencias no son objetivas.
Ciertamente, vivimos en una época en la que los medios de comunicación explotan hasta la saciedad los llamados sesgos cognitivos para ofrecer a su sector de población lo que quiere oír y leer. ¡Saludos!
ResponderEliminarY lo malo es que incluso quienes no forman parte de su "sector de población" van interiorizando la idea y llega un momento en que la mentira se convierte en verdad. Triste!
EliminarGracias por leerme.